La “justificación” frecuentemente mencionado e insuficientemente comprendido
- Revelation University
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Actualizado: hace 13 horas

Es usual, entre los cristianos, referirse al término bíblico “justificación” y evidenciar insuficiente comprensión del significado. Esto origina argumentos de que, si los pecadores son justificados, sin consideración a sus obras, entonces ya no tienen por qué cuidar su vida moral y santa. Charles Hodge describe la justificación como “el acto legal de Dios por el cual declara justo al pecador, basándose en la justicia perfecta de Jesucristo y no en las obras del individuo.
No es un proceso de cambio interno en el pecador, como la santificación, sino una declaración legal de Dios.”
Es de consenso mayoritario entre los doctos en teología desde el Tercer Siglo, la Era Victoriana, hasta la Edad Moderna (Agustín de Hipona, John Calvin, Jonathan Edwards, Charles Hodge, Louis Berkhof y otros) que la “justificación” es un acto legal divino. En el año 1563 los teólogos Zacharias Ursinus y Caspar Olevianus redactaron el documento histórico Catecismo de Heidelberg basado en preguntas y respuestas. La pregunta número 52 fue la siguiente: “¿Qué consuelo encuentras en el regreso de Cristo para “juzgar a los vivos y a los muertos?” A la cual respondieron: “En todas las aflicciones y persecuciones, con mi cabeza erguida espero confiado al mismo juez que en mi lugar ya se ofreció a sí mismo a la condenación de Dios y apartó de mí toda maldición. Cristo echará a todos los enemigos suyos y míos a la condenación eterna, pero me tomará a mí y a todos los elegidos consigo mismo para llevarnos al gozo y gloria del cielo.”
Los favorecidos no son justos por sí mismos, sino que son revestidos con la justicia de Jesucristo. Cuando Jesús pasó por la sentencia pública antes de su ejecución, el juez (Poncio Pilato) declaró repetidamente que no era culpable de ningún delito. Sin embargo, el Mesías fue condenado a morir en el lugar de Barrabás (Mateo 27:15-26). Jesús, sin culpa o pecado condenado a morir tomando el lugar de un culpable. El veredicto de liberación para Barrabás, a cambio de la condena y crucifixión de Cristo, representa claramente la justificación de Dios para con los pecadores. Los creyentes al igual que Barrabás compartimos la naturaleza y condición caída y que solo por méritos del Salvador obtuvimos la impunidad absoluta y eterna. Rom 5:9-10 nos dice, “Y ahora que hemos sido justificados por su sangre, ¡con cuánta más razón, por medio de él, seremos salvados del castigo de Dios!” El día de nuestro juicio estaremos ante el Dios Santo posiblemente dudando si somos profundamente culpables y dignos del castigo eterno. Pero al igual que Barrabás seremos declarados justos y libres de toda culpa y se nos recordará que Jesús fue sentenciado y ejecutado en nuestro lugar. El hecho de que Dios trata a los pecadores como justos es una generosísima Gracia de Dios de principio a fin.
Karlos Palacios M.A.
Miembro de la Facultad de Revelation University
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